El nombre del yacimiento

El yacimiento de Puente Pino tomó su nombre del topónimo que figura en el mapa topográfico E.1:50.000 y con el que se denomina una zona, próxima al mismo, situada al SE.

El citado topónimo hace referencia a la existencia en el lugar de un puente de madera de pino que existió al menos hasta el S.XIV. Dicho puente estaba en territorio jurisdicción del Señorío de Azután, regentado por las monjas del Monasterio de San Clemente de Toledo, y servía para vadear el río Tajo. Su paso era controlado por las referidas religiosas, las cuales obtenían sustanciosos beneficios al cobrar, por atravesarlo, una especie de impuesto, tanto a los rebaños trashumantes como a los arrieros y peregrinos que iban y venían de Guadalupe.

Para no perder dicho privilegio, las monjas se opusieron, bajo protección de los reyes, a varios intentos de construir puentes de piedra en la comarca, y hubo que esperar para tal empresa a finales del S.XIV, momento en que el Arzobispo Don Pedro Tenorio mandó construir uno, el actual, en tierras de Alcolea, que será denominado El Puente del Arzobispo y que terminará dando nombre al pueblo desarrollado en torno al mismo. Sin embargo no fue empresa fácil y las monjas, viéndose desposeídas de su negocio, pleitearon con el arzobispo, quien finalmente tuvo que pagar a las monjas una cuota de los ingresos que le reportaba el tránsito por el puente de personas, animales y mercancías, previo pago del correspondiente "peaje".


 

 

Otros puentes pino o pinos puente

El topónimo Puente Pino, Puente Pinos o Pinos Puente es relativamente frecuente. "Puente Pino" se denomina, por ejemplo, un interesante y bonito puente construido, a principios del S.XX, en la antesala de los Arribes del Duero (Zamora), para poder atravesar dicho río salvando un desnivel de 90 m. Curiosamente dicho puente es famoso por ser pionero en la utilización del hierro como material principal. Su nombre verdadero es Puente de Requejo.


Puente Pino (Zamora)


Camisetas conmemorativas excavaciones

Durante las excavaciones sistemáticas en las que participan estudiantes, es frecuente, sobre todo cuando se trata de grupos amplios, que éstos encarguen estampar una camiseta conmemorativa de la campaña correspondiente. En dicha prenda suele figurar, además del año y el nombre del yacimiento, un motivo gráfico y/o alguna frase alusiva al mismo, por lo general ocurrentes y divertidos, que se suelen colocar en la parte delantera de la camiseta. A veces también se ponen los nombres de los que han colaborado en la campaña (incluidos los del equipo directivo y científico), normalmente en la parte trasera. En todos los casos el diseño del estampado lo realizan los propios estudiantes.

 

La cosa astral, y también "desastral"

En los preliminares de la campaña de excavación de 2007 hubo un gran baile de altas y bajas de voluntarios que culminó con cinco bajas de última hora, todas ellas chicas; de tal manera que la campaña empezó con un grupo constituido exclusivamente por chicos.


Los primeros de Puente Pino 007


Dado como se desarrollaron los acontecimientos, no cabe la menor duda que la causa de semejante hecho, por otra parte insólito, debe buscarse en el influjo de los astros, pues de las tres chicas que luego se incorporaron a la excavación, todas de confianza, dos tuvieron que abandonarla antes de lo previsto, y la tercera no se quedó al cierre.


Detalles del techo de la Ermita de la Virgen del Monte
edificada en Cervera del Río Alhama, La Rioja
(pasar cursor sobre imagen)


La madriguera de David

En la campaña 2007, David se encontró con una sorpresa en el cuadro donde estaba trabajando. Debajo de parte del nivel arqueológico PNA, en lugar de arena suelta como otras veces, lo que había era..... una conejera!. Por ello tuvo que excavar con mucho cuidado para tratar de evitar que dicho nivel colapsara y se deplomara.
Al parecer en Puente Pino sí que hay algo de fauna, pero se mueve.....

David, tal vez la reencarnación del rey maya "18 conejo",
posa sonriente junto a la madriguera

 

Detalles de las camisetas de las campañas
de Puente Pino "2006" y de Torralba y Ambrona "1998"
(pasar cursor sobre imagen)




México lindo, Eslovaquia querida



En las excavaciones de Puente Pino, a pesar de su corta historia y de que normalmente se trabaja con grupos reducidos, han participado estudiantes y licenciados de diferentes universidades españolas de prácticamente todas las comunidades autónomas. Entre los colaboradores extranjeros cabe destacar a Silvia y Dusan, procedentes de Bratislava (Eslovaquia), que son por ahora los más asiduos y forman ya parte de la esfera emocional y del paisaje natural del yacimiento. Los que vinieron de más lejos, honrándonos con su presencia al cruzar el charco, son nuestros primos-hermanos mejicanos, Lupita, Tere, David y Dani. Ellos son los causantes de que en Puente Pino, el 16 de septiembre, celebremos su fiesta nacional.


 

Descubrimiento de yacimientos del paleolítico antiguo

Casi todos los yacimientos del paleolítico antiguo que han sido objeto de excavaciones e investigaciones sistemáticas se han descubierto por casualidad como consecuencia de obras de infraestructuras, explotación de graveras, investigaciones geológicas o paleontológicas, informaciones de “aficionados” o espeleólogos, etc.

Así, por ejemplo, Atapuerca (Burgos) se descubrió primero como yacimiento paleontológico tras la realización de una trinchera abierta en la sierra para el trazado de un ferrocarril minero. La citada trinchera cortó cavidades y galerías de cuevas colmatadas de sedimentos que contenían numerosos huesos de animales, según se pudo apreciar en sus paredes. Por tal motivo, a lo largo del tiempo, diversos especialistas en paleontología prospectaron estos depósitos con el fin de recoger huesos fósiles e información para sus investigaciones. También se exploraron otras cavidades de la misma zona y formación, como la Sima de los Huesos.

 


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A la izquierda, Trinchera del Ferrocarril vista desde el nivel TD-10/11 de Gran Dolina.
A la derecha, excavación y sedimento de Galería, también en la Trinchera del Ferrocarril.
(Fotos: JRT)


Curiosamente fue un ingeniero de minas, Trinidad Torres, que estaba haciendo su tesis sobre los osos de las cavernas, quien buscando restos de dichos plantígrados en la citada sima, encontró huesos humanos muy bien conservados. Con ello saltó la voz de alarma sobre una más que probable presencia humana en el área durante la formación del depósito que los recubría (Pleistoceno medio). Atapuerca pasaba a ser también un yacimiento antropológico.
Y si había restos humanos, era muy probable que no muy lejos, en alguna parte, se pudieran encontrar los utensilios y herramientas de piedra que en aquel tiempo habitualmente fabricaban para llevar a cabo sus actividades. Tenían que entrar en acción los arqueólogos y prospectar con intensidad los depósitos para intentar registrar tales artefactos. Y así ocurrió, y con éxito, confirmando de esta forma algunos testimonios anteriores, como el hallazgo de un bifaz por Basilio Osaba en la Trinchera del Ferrocarril. La coexistencia de fauna, fósiles humanos e industria lítica, a veces asociados, y tan antiguos, iba a hacer de Atapuerca un yacimiento arqueológico extraordinario.

Otro caso es el de Torralba y Ambrona (Soria). El primero se descubrió a finales del S.XIX, con motivo de las obras del ferrocarril Soria-Torralba que se estaban realizando en las proximidades de la última localidad. Durante las mismas empezaron a aparecer, para sorpresa de los trabajadores, huesos de gran tamaño muchos de los cuales eran de elefantes (los colmillos no daban lugar a dudas).
La noticia de tales hallazgos llegó al Marqués de Cerralbo, erudito apasionado de la arqueología. Éste visitó el yacimiento y observó que entre los huesos tambien había artefactos de piedra, lo que despertó aún más su interés, porque en aquel momento se estaba debatiendo la antigüedad del hombre, que algunos situaban, con criterios bíblicos, en torno a 4.000 años, y los elefantes se habían extinguido en Europa mucho tiempo antes. Claro que para la gente en general, y del campo en particular, no era fácil digerir o comprender que a 1.100 m de altura y en plena Meseta hubiera habido elefantes que no fueran, en todo caso, los utilizados por el ejército cartaginés de Anibal en su lucha contra los romanos. Aún hoy día cuesta trabajo creerlo. Por lo que respecta a los restos líticos, a menudo eran considerados por los agricultores y pastores como "piedras del rayo" que traían las tormentas, sobre todo si eran de sílex o de pedernal.
Una vez iniciadas las excavaciones arqueológicas por el Marqués de Cerralbo en 1909, los lugareños le hablaron de la existencia de una loma, relativamente próxima, donde con frecuencia, al arar, aparecían huesos similares a los hallados en Torralba. Así se descubrió Ambrona. Otra carambola.

Otras veces ha sido un geólogo y/o paleontólogo el que buscando o estudiando cosas propias de sus investigaciones han dado con restos arqueológicos y han levantado la liebre. Este sería el caso, por ejemplo, del yacimiento de Cuesta de la Bajada (Teruel), descubierto por Etienne Moissenet.


Etienne Moissenet (izda.) y Alfredo Pérez-Gozález (dcha.)
estudiando los perfiles del Complejo Superior de Ambrona
(Foto: JRT)


Una de las pocas excepciones, si no la única, es la del yacimiento achelense de Puente Pino (Toledo), descubierto en el marco de una investigación sistemática arqueológica dirigida precisamente a localizar y registrar yacimientos del paleolítico antiguo. Planificación, constancia, mucho trabajo y también suerte lo han hecho posible.
Este yacimiento se prospectó varias veces porque por la situación y cota de sus depósitos era previsible que se conservara industria lítica. Sin embargo, donde se buscaba, en las gravas, no se encontraba nada o sólo piezas dudosas. Pero a base de insistir, un día, al aproximarse a uno de los cortes para prospectarlas, se observaron varias piezas talladas y alineadas, entre ellas el bifaz "talismán", a unos 40-50 cm por encima de dichas gravas. Estaban asociadas a un sedimento limo-arcillo-arenoso que luego se denominó nivel PNA. La densidad y variedad de industria lítica, su buen estado de consevación y características invitaban a excavarlo. Se ponía en marcha el proyecto de excavación y estudio del yacimiento de Puente Pino. Era el año 2000. Al año siguiente, tras numerosas gestiones y vicisitudes, se iniciaban las excavaciones.

 

Visitas inesperadas de Puente Pino

Todos los años, en el mes de septiembre,
la Vuelta Ciclista a Talavera de la Reina y su Comarca
visita Puente Pino, y lo hace a gran velocidad

Rebaño de ovejas atravesando la presa
del embalse de Azután camino de Puente Pino

 

Excavaciones arqueológicas: quizás algunos no lo saben…

Existen diferentes tipos de excavaciones arqueológicas. Las más frecuentes son las que se llevan a cabo, con carácter preventivo, en un lugar en el que se va a realizar una obra con remociones de terreno y en el que existen indicios o evidencias de la presencia de restos arqueológicos. El promotor o constructor es quien normalmente corre con todos los gastos de la excavación y quien contrata al arqueólogo o a la empresa de arqueología que la ejecutará, salvo que tenga en su plantilla uno o más especialistas capacitados para tal fin, como ocurre a veces con las grandes corporaciones. Estas excavaciones suelen durar entre uno y seis meses, dependiendo de la extensión de la zona afectada y otros factores, pero también pueden ser muy cortas o alargarse varios años. El arqueólogo o la empresa de arqueología contratada tiene que presentar un proyecto de intervención a la administración autonómica encargada de salvaguardar y gestionar el patrimonio arqueológico, la cual deberá dar el visto bueno al mismo, supervisar los trabajos realizados y evaluar el informe o la memoria final de la excavación.


Excavaciones arqueológicas sistemáticas en proyectos de investigación

Otro tipo de actuaciones son las excavaciones arqueológicas sistemáticas que se enmarcan en un proyecto de investigación de un determinado yacimiento con el fin de estudiarlo, valorarlo y, en su caso, acondicionarlo para que pueda ser visitado por el público. Muchos de estos yacimientos -Puente Pino uno de ellos- se excavan con voluntarios, incluido el o los directores (y resto del equipo investigador cuando es necesaria su presencia), la mayoría de los cuales invierten tiempo de sus vacaciones para tal menester. Estas excavaciones tienen, además, una orientación especialmente formativa.


Excavación del yacimiento de Puente Pino durante la campaña del año 2007


La organización cubre hospedaje, manutención y gastos de desplazamiento durante la campaña, que suele ser anual y con una duración comprendida por lo general entre quince días y un mes. Por lo tanto se trata de excavaciones subvencionadas en las que el importe concedido es para sufragar los gastos derivados de la intervención arqueológica y del estudio del yacimiento en general. Todos los gastos deben justificarse, y sólo entonces se hace efectiva la subvención (llámese como se quiera). Por lo tanto, frecuentemente, parte de tales gastos debe pagarlos primero la dirección de su propio bolsillo, aunque posteriormente se le reintegre el dinero previa presentación de facturas. No obstante, los prestadores de los servicios más onerosos como pueden ser, entre otros, hospedaje, manutención y analíticas, suelen fiar, cobrando directamente de la administración o de la entidad concertada por la dirección para gestionar la subvención, un tiempo después de concluida la campaña y realizado el trabajo solicitado.

El trabajo de la dirección no empieza ni termina con la excavación, sino que hay un antes, un durante y un después. Antes de la campaña debe planificar la excavación, elaborar un programa de actuación, solicitar permiso de excavación y, en su caso, ayuda económica para sufragar los gastos de la campaña, reclutar gente para excavar, organizar la intendencia (materiales e instrumental necesario para la excavación, hospedaje, etc.) y un sinfin de pequeñas a grandes cosas necesarias para el arranque y la buena marcha de la excavación. En el transcurso de ésta, el director debe estar presente y dirigir y coordinar los trabajos de campo y en su caso de laboratorio, y en ocasiones atender las visitas de otros especialistas, de las autoridades, la prensa y el público en general, especialmente cuando se organizan jornadas de puertas abiertas, conferencias, etc. con el fin de difundir y divulgar los trabajos que se están haciendo y los resultados que se están obteniendo, tarea que precede y se prolonga más allá de cada campaña. Por otra parte, en el caso de este tipo de excavación, el director es también el arqueólogo investigador, el especialista historiador (o prehistoriador), que no sólo estudia la parte que le compete sino que ha de coordinar al resto de especialistas y recavar, aunar y analizar sus resultados y la información que aportan para tratar de interpretar el yacimiento en su conjunto.

Desde hace años, en los proyectos de excavación y estudio de los yacimientos arqueológicos, intervienen equipos multidisciplinares. Gracias a que se pone en marcha una excavación, diversos especialistas (geólogos, paleontólogos, palinólogos, etc.) pueden tomar sus muestras y/o realizar sus estudios in situ. Normalmente la estancia de éstos en el yacimiento suele ser corta.

 

 

 

Yacimiento Arqueologico de Puente Pino

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